El ejercicio de una acción destinada a proteger su persona y patrimonio por quien está legitimado para hacerlo no es equiparable a un maltrato psicológico del testador.
El maltrato psicológico reiterado ha quedado comprendido dentro de la causa de desheredación de maltrato de obra del art. 853.2ª CC, al entenderse que es un comportamiento que puede lesionar la salud mental de la víctima.
En este caso, el padre alegaba que desheredaba a su hijo por “haberle maltratado” (art. 853.2ª CC). Sin embargo, la AP Badajoz, en su sentencia 62/2023, de 9 de marzo, no considera que concurra una justa causa de desheredación del hijo.
Es cierto que la presentación de la demanda de incapacitación por el hijo causó al testador un gran disgusto, lo que probablemente le indujo a desheredarle, otorgando un nuevo testamento pocos días después de recibir la demanda.
La referida demanda de incapacitación fue desestimada por no estar suficientemente justificado el deterioro cognitivo tipo demencia senil alegado por la escasa documentación aportada.
Ahora bien, la Sala no considera que una demanda de incapacitación del causante insuficientemente justificada pueda entenderse como causa suficiente para desheredar a un hijo.
No aprecia mala fe alguna por parte del hijo al interponer la demanda. Y aun siendo comprensible que el padre se hubiera podido sentir ofendido o molesto por la demanda, no cabe entender que el ejercicio de una acción destinada a proteger su persona y patrimonio por quien está legitimado para hacerlo sea equiparable a un maltrato psicológico, sin que tampoco, más allá del lógico enfado y contrariedad, se haya probado que el padre llegara a sufrir un daño psicológico determinado.
En conclusión, no cabe considerar la interposición de la demanda de incapacitación por sí misma causa para desheredar al hijo del testador.